Fibonacci fue el autor de la famosa secuencia de números que lleva su nombre, y que tiene numerosas aplicaciones en el arte y la arquitectura.
Si recordamos la historia en busca del concepto de divina proporción, Leonardo Pisano, también conocido como Fibonacci, fue un famoso matemático de Italia que se dedicó a divulgar por Europa el sistema de numeración árabe (1, 2, 3…) con base decimal y con un valor nulo (el cero).
Pero el gran descubrimiento de este matemático fue la Sucesión de Fibonacci que, posteriormente, dio lugar a la proporción áurea.
¿Qué es la Sucesión de Fibonacci? Se trata de una serie numérica: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, etc. Es una serie infinita en la que la suma de dos números consecutivos siempre da como resultado el siguiente número (1+1=2; 13+21=34). A los elementos de esta sucesión se les llama hijos de Fibonacci.
La relación que existe entre cada pareja de números consecutivos (es decir, si dividimos cada número entre su anterior) se aproxima al número áureo (1,618034).
Sin embargo, lo realmente interesante surge cuando esas ideas sobrenaturales y aritméticas se traducen en la producción artística desde viejos tiempos hasta la actualidad; esa proporción, también llamada Fi, fue adoptada por artistas, artesanos y arquitectos como señal de concordancia ante los principios de crecimiento y dinamismo en las formas de la naturaleza.
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