Fluidos, sencillos,
o no, y se hacen duros y complejos,
todo depende de su estado;
familiarmente extraños
que nos perpetran
antes de haber nacido.
Y durante toda nuestra vida,
la hayamos o no vivido.
En cualquier caso, nos dan cuidado.
El amor y el agua son intransitivos,
perfectos en forma y contenido.
No existen como copulativos
o transitivos, ni atributos ni objetos,
son en sí la propia acción
y el propio sujeto.
Porque el amor y el agua
no tienen renglones torcidos.
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