de sus mentes llenas
de pensamientos insustanciales
y altamente negativos,
ejerciendo esa nulidad,
que se produce cuando
la antimateria, el nihilismo
absoluto, encuentra su equivalente
en la vida del otro, ese otro
que está en constante fulgurencia,
en esa cascada, siempre
en movimiento, que es la vida.
Nacidos en la luz vibrante
no podemos yacer demasiado
tiempo en la oscuridad húmeda
de esa tristeza seca y rasposa
que tanto nos aleja
de nuestra propia esencia;
que es el anhelo de perfección,
de desarrollo y efervescencia
de todo cuanto es el Bien
de todo cuanto es Belleza,
el equilibrio salutífero
que anida en algún lugar
de nuestras cabezas,
aguarda durante toda una vida,
tal es su paciencia:
El tesoro de la propia conciencia
no es plata u oro,
es el sentir de la consciencia
en el devenir de este tramo,
en el que somos esclavos y amos
amos y esclavos, amarrados
el uno al otro, imposición,
castigo y sumisión…
Me pregunto qué vida
puede ser ésa donde la libertad
es de esa tortura, tan sólo otra pieza.
No. Salgamos ya que el día empieza.
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