El prestigio.
Es un convenio.
El acuerdo tácito y absurdo
para establecer qué es bueno
y qué es mejor. Óptimo, para el más exigente…Pero las cosas son lo que son
y no importa qué patrocinio tengan.
No importa si es un agujero
o el trono del más grande varón,
pues de todos lo mismo cuelga
hasta que la gravedad impone
la fuerza de su condición.
Podrá haber facilidad o pena
pero al caer lo mismo suena.
Poniendo en evidencia
que el tal convenio,
el tal prestigio
es una pena, penita, pena
que a los bolsillos bobos vacía
y a los bolsillos listos llena.
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