la cuerda parece corta pero no es por corta, sino porque largo es el tiempo,
heme aquí parada ya sin cuerda;
pero no estoy rota aunque me siento
que ya no valgo, con los ojos fijos
en eso, en aquello, ¡en algo! ¡Quién lo supiera! Ojalá mis párpados caigan
y cierren mis ojos de muñeca.
Sabed que las muñecas sueñan
y lo hacen con los vivos,
con aquellos que no tienen hilos,
ni resortes, ni cuerdas. Anhelan su
corazón pues no es una máquina
sin razón; un corazón es un corazón
y no hay que darle cuerda.
Porque un corazón…recuerda.
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