Juntar trozos y hacer de ellos
algo consentido,
abrumado, impetuoso,
algo hermoso, algo feo;
la entrada de un adiós
y el recuerdo de un te quiero.
La anormalidad del orden,
compartimentado, cerca y lejos,
todo ello aunado en el reflejo
del no-siendo convertido en arte.
Es tan extraño este día,
donde uno se derrama por las grietas
de la realidad en esa singular caída
a un lugar que no es ningún lugar;
quizás utopía, quizás la disociación
que tiene toda arpía
al descubrir que es un ser concebido
por los poderosos miedos
de la ausencia y la antipatía,
un veneno verde que se consume
cada día y cada día asume
una forma diferente de mostrarse
indiferente, indolente;
anhedonia, así lo conoce la gente.
Es jueves, otro jueves demente,
que de corazón busca una salida,
avanzando por ese pasillo
que es la tarde a final de día.
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