y el fascismo triunfe
de izquierda a derecha
y de derecha a izquierda,
y se convierta en una sola
placa de acero compacto,
con su grado máximo de intransigencia
en nombre de la libertad
o el orden, qué más da,
ya la tendremos encima
sin advertir que iba bajando,
iba bajando con cada vuelta
de tuerca. Ya no es un garrote,
demasiado trabajo,
ahora es una prensa
que a la gravedad añade su masa.
Y el poder tendrá su máximo
en esa prensa que es prensa;
en su formidable extensión
podrá verse grabado el sello
de la tal doctrina como
única condición, única e inalienable.
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