En la Edad Media era tan importante poseer un caballo y resultaba tan prestigioso que costara lo que costara la gente se empeñaba en tener uno. El jinete se distinguía de los que iban a pie por ser honorable y galante. Lo que en muchas regiones se llamó «un gentil». El hecho de ir sentado sobre un caballo era distintivo de buena familia.
Hoy en día en muchas regiones del mundo, sobre todo en aquellas que están en vías de desarrollo se tiene la misma apreciación de tener un coche y de poder alardear de la cantidad de caballos que tiene. En estas mismas regiones las mujeres suelen añadir a sus preferencias masculinas el coche «Un hombre bien plantado es alto y tiene coche».
Mientras que en los países desarrollados lo que realmente importa es la preparación académica y la formación cultural en general. Porque del transporte ya se ocupa el bienestar público del Estado.
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