La costume es una filosofía de vida. Y en ausencia de esa fabulosa máquina siempre puedes «costumizar» cualquier cosa, porque con esa filosofía de vida puedes llegar a cualquier parte.
Como yo, que hoy me he propuesto cruzar el pasillo, recorrer arriba y abajo las suaves landas del comedor y, si me da el día, llegar con mi Harley Davidson-or-not hasta el dormitorio y pasar la noche ahí.
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