Lunes.
El tiempo es relativo.
Eterno infierno
o gloria en un suspiro.
El tiempo meditativo,
discreto o cualitativo,
descrito engañosamente
en esa convergencia
que es una línea roja
del rojo más pesado
por ese hierro condensado
que habita entre hoja y hoja,
uniendo una y otra
con ese fino hilo,
que da sentido a cada historia.
Pues la memoria es convenida
y complaciente hasta lo más hiriente,
convirtiendo al más inteligente
en un consumado idiota,
haréis bien en escribir
vuestra vida, una cosa detrás de otra.
El tiempo es como una campana rota,
sonar suena y sueña y siente
y espera y consiente hasta
que llega ese momento sin turbación
que anuncia la llegada
del final del último renglón.
La última página, la última palabra
concedida a quien de ella dispone.
La campana suena entonces
y así es como el fin se pone.
Otro espejo
¿Cómo reconocer a ese otro del espejo, ése que nos extiende la mano izquierda para llegar a nuestra mano derecha? ¿Quién es ése que nos contempla al otro lado del cristal conjurado en esa argente superficie tan fina, limitada sólo por el marco que no atraviesa?...
0 comentarios